PISTACUBANA | 26/Noviembre/2013 | 22:47
El nombrado Video del Año en los Premios Lucas 2013 "El vuelo del
moscardón" de Aldito López Gavilán, da un salve al proyecto Lucas, al
jurado de los premios y al propio acontecer cultural de la isla,
ahogado al extremo en la banalidad.
Por primera vez los Premios Lucas alcanzan un mejor cobertura
mediática, y como nunca ante las redes sociales se han hecho eco de
varios debates, entre ellos problemas entre los artistas o la supuesta
polémica entre "Que suenen los tambores" de Laritza Bacallao y "Te
confieso" por Ángeles, estos últimos inobjetables ganadores del Premio
de la Popularidad que insistimos tiene un componente económico que
influye o decide al ganador, método de votación que debe ser revisado.
Sin embargo, el mayor debate es la elevada dosis de banalidad en las
canciones y los videos. Todavía sorprende como algunos no aceptan al
"El vuelo del moscardón", dirigido por Raupa, Mola y Nelson Ponce como
el gran ganador de la noche, y buscaran como alternativa otro gran
video "La culpa" de Buena Fe, Clave y Guaguancó y Havana Queens, del
multipremiado Ián Padrón, evidentemente más popular. Sin hablar de
defensas a videos ultrabanales.
Acaso nadie puede explicar que el clip "El vuelo del moscardón" se
nutre de los inicios del cine, que no es un simple remedo de la
Comedia Silente (popular programa que ya una buena generación de
cubanos no vieron), que, incluso, pudo merecer el premio a Mejor
Efectos Visuales, porque recordemos que los pioneros del cine ni
tenían computadoras, y mucho menos de quién copiar, o sea, lo
contrario de lo que ahora sobra. En fin, "El vuelo…" es más que un
simple clip de música instrumental, es un decir 2estamos vivos,
alguien piensa y usa los referentes con audacia."
Es normal que se desaten opiniones, y muy saludable que se hable una y
otra vez de la banalidad. Pero ¿quién le pone freno? Los periodistas
que han dado cobertura a estos premios no se han cuestionado
absolutamente nada, como si se tratara de una superproducción de papas
y ahí comienza la actitud banal. No basta con nombrar un listado, vale
enjuiciarlo. Es cierto que las nominaciones tuvieron zonas muy
oscuras, pero los premios de este 2013 levantaron el ánimo. Duele
saber que repercute más un juego entre el Atlético y el Barcelona, con
encontrados análisis que en la música cubana no se realizan desde el
siglo XV.
Mientras jerarquicemos a quienes no lo merecen, o permitamos que los
malos textos y los plagios melódicos pululen a diestra y siniestra en
nuestros medios, tanto el radial como el televisivo, nunca
resolveremos el problema. Mientras demos frías coberturas para salir
del paso a los eventos culturales, más contribuiremos a la deformación
del público, cuyos segmentos más influyentes apoyan la banalidad.
Creo que acabamos de descubrir que la culpa no la tenía el reguetón.
Aprendimos que la banalidad se disfraza de bachata, merengue, salsa,
bolero, house y rumba.
El público se forma en la experiencia, y el pueblo cubano en
específico anda en otras resistencias y no percibe la importancia de
la resistencia cultural. De ahí que felicitemos a Raupa, Mola y Nelson
Ponce por haber legado este maravilloso clip, y también a su mejor
contendiente Ián Padrón, por hacer una apuesta sensible contra la
banalidad.
Al menos alguien hizo resistencia, sin el disfraz del Quijote.
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